Las polillas son consideradas una plaga ya que atacan principalmente prendas de vestir, principalmente las realizadas con lana, produciendo un malestar en la vida cotidiana.
Las polillas atraviesan una metamorfosis para llegar a convertirse en adulto, atravesando por diferentes estados: comienzan siendo un huevo, luego se convierten en larva, pasando por un estadío de capullo, finalmente alcanzando su estado máximo de desarrollo. Este es el momento en el que se encuentran aptas para la reproducción. Cada polilla adulta es capaz de producir hasta cien huevos. Es en el estado larval cuando se alimentan de tejidos naturales con el fin de desarrollarse. Este período dura aproximadamente tres meses.
Cuando la polilla alcanza el estado de capullo ya no representa un riesgo para nuestras prendas. Y cuando alcanzan la adultez ya no se alimentan de tejidos naturales.
Dentro de los distintos tipos de polillas, existen tres grupos que son los más frecuentes en nuestros placares. El grupo de la Tinea Pellionela, a la cual se la llama comúnmente polilla estuche las cuales son capaces de trasladar a sus larvas al lugar en donde se encuentra la ropa. Otro grupo es el de la Tineola Bisselliella conocida como polilla tejedora. Finamente mencionaremos al grupo de la Trichophaga Tapetzella la cual se encuentra mayormente en alfombras.
Es recomendable realizar una fumigación contra polillas durante la primavera, ya que esto prevendrá una masiva presencia del insecto durante el verano.
Otra recomendación es ventilar o lavar periódicamente las prendas, ya que las que no se usan durante largos períodos serán más vulnerables al ataque de las polillas. También se puede guardar dichas prendas en bolsas plásticas herméticas.